Check de cumplimiento para auditoría de la UIF

En Argentina, las auditorías de la UIF no son una sorpresa. Ya sea por exigencias regulatorias, inspecciones internas o revisiones de terceros, tener un sistema de monitoreo sólido no es opcional: es imprescindible.

Te estarás preguntando… ¿Realmente mi sistema de monitoreos está preparado para resistir una auditoría de la UIF sin sobresaltos? A continuación te compartimos información que te va a interesar.

¿Qué significa estar “listo para una auditoría de la UIF”?

Estar listo no significa simplemente tener datos guardados. Significa poder demostrar que:

  • Se monitorean las transacciones en tiempo real.
  • Existen alertas automatizadas ante comportamientos atípicos.
  • Hay evidencia trazable de la gestión de incidentes.
  • Se aplican controles basados en regulaciones locales.

Para que te des una idea, en 2023, la UIF realizó más de 1.200 inspecciones en todo el país, y muchas de las sanciones aplicadas tuvieron que ver con falta de trazabilidad, procesos manuales y sistemas de monitoreo desactualizados

Además, más del 60% de las empresas aún no tiene automatizado el manejo de alertas, lo que no solo representa un riesgo operativo, sino una exposición directa ante una auditoría.

La UIF y el BCRA, por ejemplo, exigen que las entidades puedan justificar sus políticas de prevención de lavado de dinero, demostrar procedimientos de conocimiento del cliente (KYC) y mantener registros detallados durante un período determinado.

¿Qué se suele mirar en una auditoría de la UIF?

Los auditores no solo buscan datos. Buscan coherencia, trazabilidad y respuesta ante riesgos. Algunas preguntas que te podrían hacer:

  • ¿Cómo defines qué es una transacción sospechosa?
  • ¿Qué haces cuando el sistema detecta una?
  • ¿Hay evidencia de cómo se resolvió?
  • ¿Las reglas de monitoreo están actualizadas y documentadas?

3 señales de que tu sistema podría fallar en una auditoría

  • Procesos manuales por todos lados
    Si dependés de planillas y correos para gestionar alertas, es un riesgo. No escala, no queda registro y es difícil de auditar.
  • Falta de documentación
    Las reglas de monitoreo, los cambios aplicados y las decisiones tomadas deben quedar documentadas. Sin eso, todo es palabra.
  • Alertas que nadie mira
    Si el sistema dispara alertas pero nadie las gestiona, o lo hace fuera del sistema, estás dejando una grieta abierta.

¿Qué puedes hacer hoy para fortalecer tu sistema?

  • Revisa tus políticas de monitoreo frente a las últimas resoluciones de la UIF y el BCRA.
  • Asegúrate de que todas las alertas tengan una trazabilidad clara: quién la recibió, qué se hizo, cómo se cerró. Mientras más claro y visible el proceso, mejor.
  • Automatiza la gestión de incidentes. Eso mejora los tiempos, te permite auditar el proceso en segundo y tomar acciones inmediatas.
  • Documentá las reglas que aplicás y actualizalas cuando cambie la normativa. El mantenimiento y actualización de reglas es algo clave. Intenta que estas reglas tengan cierta flexibilidad que te permita detectar potenciales casos de riesgo.

Para estar realmente “listo” para una auditoría no es suficiente solo recopilar datos: se necesita un sistema activo que revise la información en tiempo real, envíe alertas automáticas, registre cada decisión y asegure el seguimiento de todo el proceso. Solo así se puede transformar la obligación en una ventaja operativa y reducir los riesgos ante las regulaciones.